martes, 26 de abril de 2011

Casi morir no cambia nada, pero morir lo cambia todo.

Quizás mucha gente piense que estoy loca, absolutamente loca, por preferir mil veces esta imagen a cualquier otra relacionado con un sabado o fiesta, con bebida o musica a todo volumen, con carcajadas, dolores de cabeza y pies o empujones por las discotecas. Sinceramente prefiero una noche oscura, un prado abundante, un gran barranco y al mirar hacia bajo poder ver el mar chocar contra el, y al mirar hacia arriba poder ver millones de estrellas, que digo millones, BILLONES! y cuando cerrará los ojos escuchar el maravilloso sonido de mar, de la brisa, sentir como roza tu cara y sentir escalofrios. Sentir una tranquilidad inagotable, desenfrenada y poder sentir la calma en mi mente y en mi cuerpo, sonreir porque me siento libre, ver que todo, desde hay arriba es mucho mas pequeño y puedes cogerlo con un dedo, poder sentirme feliz de por unos instantes sentirme grande. Tirarme en la hierba y poder pensar y todas esas cosas que me invaden y no puedo pensarlas porque siempre hay algo que me agobia, y ahi, ahi arriba desenvolverlo, mirarlo con lupa y arreglarlo o mandarlo a la porra y sentir felicidad igual. Nadie lo comprende,pero creo que son muy buenas razones para ponerse a pensar que es mejor.

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